Los dos árboles

Hay frente a mi casa 2  árboles de los que se conocen como flamboyán o tabachín (su nombre científico es Delonix regia).

Uno con la promesa de la recién llegada primavera, empezó a llenar sus ramas que hace unos días estaban completamente vacías, con  un follaje verde intenso, de incipientes hojitas brillantes, muy pequeñas aún, pero frescas y nuevas, las mismas representan un verdadero comienzo.

El otro árbol, nunca soltó sus hojas en todo el invierno, como lo hizo el primero, que se abandonó al
cambio de estación y acepto la pérdida de sus hojas, éste segundo árbol en cambio, se aferró a sus hojas y las conserva ,aún ahora, que la primavera ya llegó, pero sus hojas están amarillas y ocres, además al no haber dejado caer sus hojas en invierno, ahora no tiene espacio para renovarse, mientras a su lado, se reverdece cada vez más su compañero .

Hay varias lecciones que se pueden obtener de esta observación de los 2 árboles.
La primera es que hay que aceptar los cambios, por dolorosos que puedan parecer, la vida, como las estaciones se trata de fluir, e incluso de abandonarse, un poco al cambio, permanente pero también natural de la vida.

Otra lección, es la de soltar a su debido momento y dejar ir, lo que ya no nos corresponde, para dejar espacio a nuevos ciclos, que como las hojas nuevas del árbol, pueden ser más brillantes .

Y finalmente , no debemos aferrarnos a nada, hay que aceptar que todo tiene un tiempo, de inicio y otro de final, ya que el aferrarnos, nos dejará llenos de hojitas ocres , que no nos permitirán avanzar a la próxima estación de nuestra vida.



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