Llegó octubre y con ello el otoño, llueve,hace ya algo de frío y entra el aire en mi ventana con un toque melancólico.
Los próximos tres meses del año,que vendrán; octubre,noviembre y diciembre, son mis favoritos.
Tienen un poco de todo, primero son el cierre de un año más de vida, hay celebraciones que particularmente me gustan como el día de muertos y la navidad, se viven por tanto estos meses con una emotividad diferente, y si enúmero otro motivo ese sería que prefiero el clima frío y los días nublados que después del otoño, nos traerá el invierno.
Me podré poner también todos los suetéres ,que han estado guardados en mi closét agazapados , esperando por un tiempo, la oportunidad de salir de su encierro.
Espero por esos motivos, siempre con algo de impaciencia éste último trimestre del año , y cuando al llegar enero los dejo una vez más atrás en mi vida y en el calendario, siento siempre nostalgia porque han pasado demasiado aprisa.
De por sí , enero es para mí siempre un mes melancólico...creo que porque los inicios de cualquier cosa siempre son complejos,y misteriosos, y aunque estén llenos de expectativas, siempre dan algo de miedo. En mi caso cada año de mi vida, coincide con un año del calendario, y por tanto cada enero que llega, me anuncia un comienzo, en todos los aspectos.
Pero dejemos a enero , con sus própositos y proyectos por ahora; y retomemos que están a la vista días interesantes, y lo que está por venir: el frío y su respectiva ropa de invierno, la emotividad de la navidad, y el final de un año más de vida.
El final siempre es la cereza del pastel de cualquier historia... un buen final vuelve a una historia buena en maravillosa y un mal final, hace de una historia buena ,algo regular.
Cerremos con broche de oro y hagamos de este año de nuestra vida, algo más que una buena historia, todavía quedan tres meses para intentarlo.
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